Agua: Tesoro costarricense en peligro
Manuel Delgado
Adaptación Teletica.com
17 de marzo del 2008
Un turista viene al país en un crucero, posiblemente él tomará de nuestra agua, disfrutará de nuestras zonas verdes, se bañará o se refrescará.
Lo que él no sabe es que esa agua viene de muy lejos, desde la fuente llamada Ojo de Agua de San Rafael de Alajuela, el cual ha sido por muchos años centro de recreo.
Pero también, son muy pocos los que saben que esta riqueza líquida que llega a manos llenas se infiltró en la tierra, en las altas montañas del Valle Central, hace 50 años.
Esas aguas se recogen en el norte de la provincia de Heredia, en las faldas del volcán Barva. Son las aguas que vienen del caribe, atraviesan por los pasos y se acumulan en esas montañas.
Algunas caen en ríos y depósitos, incluida la misma laguna del cráter de dicho volcán, pero mucha otra llega a la tierra a través de las vías más diversas: Los líquenes y las plantas recogen buena parte de ella y la hacen llegar al suelo.
Parte de ese manantial se evapora, especialmente cuando cae en zonas desprovistas de sombra, otra se introduce en la tierra y allí se acumula.
Durante 5.000.000 de años, el Barva trabaja en una obra maravillosa: Construir nada menos que montañas.
Obra de la naturaleza
Es ese material volcánico, acumulado por milenios, es el que tiene esa capacidad particular de acumular las aguas y convertir a Heredia en tierra de mantos acuíferos; algunos piensan que esos mantos son ríos subterráneos, pero no lo son.
Bajo esas montañas se esconden varios de esos depósitos de agua y muy al norte, de manera superficial, tenemos Los Bambinos; más al sur, el Barva, luego se siguen el Colima superior y el Colima Inferior.
No todos están a la misma profundidad, por ejemplo: Los Bambinos se halla hasta 30 metros bajo tierra, más abajo, entre 30 y 15 metros, se encuentra el Barva, y todavía más abajo, los otros 2.
El agua que esos depósitos reciben la absorben principalmente en los bosques situados en las alturas, pero no se equivoque, pues posiblemente usted viva encima de uno de ellos.
El acuífero de Barva, por ejemplo, ocupa los cantones de Alajuela, Santa Bárbara, Barva, San Rafael, San Isidro, Belén, Santo Domingo y otros más.
Esa extensa zona es una de las más pobladas del país y se ha ido llenando de urbanizaciones en los últimos 20 años. Dicha invasión humana está contaminando los depósitos de nuestro petróleo incoloro.
El problema es de todos
En 1888, hace 120 años, el gobierno de Bernardo Soto declaró a esas montañas zonas de protección absoluta.
Entre el Cerro Concordia y el Cerro Zurquí, pasando por las Tres Marías y a 2 kilómetros a cada lado de la fila o cresta, nadie tenía derecho de deforestar, ni comprar, ni vender
Soto, Benemérito de la Patria, creó en realidad el Primer Parque Nacional de Costa Rica y el segundo o tercero del mundo, aunque por supuesto no se llamaba así.
Pero la ley de Bernardo Soto se incumplió por décadas y aún hoy se sigue incumpliendo.
El norte de Heredia es una se las zonas de mayor presión habitacional y agrícola; los desechos de ambos se infiltran tierra abajo, poniendo en serio peligro el agua que todos consumimos. Un grupo de vecinos han interpuesto un recurso para que la ley vuelva a aplicarse.
La calle Las Chorreras, a un lado del Bosque de la Hoja, en las cercanías del Monte de la Cruz, hasta hace poco era un camino de tierra, pero ahora muy pocos heredianos pueden contar con una calle de tan alta calidad; con razón los vecinos la llaman “La calle de los ricos”.
Lo malo es que la construcción no tomó en cuenta las necesidades de preservar el ambiente y las aguas de la escorrentía son lanzadas a un predio municipal, donde se recogen las aguas para el consumo humano.
200 metros abajo están las fuentes más importantes del cantón y una de las más importantes de las importantes de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia.
Allí el efecto de la presencia humana incontrolada salta a la vista, pero la contaminación es, sin embargo, solamente una parte del problema.
Ocurre además que esos depósitos están siendo sobreexplotados: Ellos nos brindan 10 metros cúbicos de agua por segundo, la cual se extrae en más de 5.000 pozos, fuentes y tomas legales e ilegales.
Sin embargo, ahora mismo le extraemos 125 metros, es decir, 125 litros por segundo más de lo que ellos absorben. En otras palabras, nos estamos comiendo la gallina de los huevos de oro.
Una de las razones es que consumimos mucha agua, y sobre todo, desperdiciamos mucha agua.
El 40%, casi la mitad del agua que se capta en fuentes, se desperdicia por fugas en los acueductos viejos y descuidados.
Pero la segunda razón es que los acuíferos absorben cada vez menos líquido y eso no es culpa ni del agua de la tierra, sino del hombre.
Impacto humano en el ambiente
La deforestación y el mal uso del suelo es una de las causas, pero la principal es la impermeabilización del suelo: Ya no recibe agua porque está cubierto de asfalto, de cemento y de zinc.
En el mapa del manto acuífero se observa con claridad cómo en 20 años se ha ido cubriendo de casas y edificios.
La solución es clara: Hay que ganarle la tierra al ser humano y utilizarla en bosques; pero los gobiernos hacen exactamente lo contrario.
La calle que se dirige a Sacramento, en el norte de Heredia, os vecinos piden por años que se las reparen, pero nadie les hace caso.
En cambio, cuadrillas del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) reparan el camino que lleva hasta el parque, los lugareños se preguntan por qué.
Un grupo de vecinos presentó a la Sala Constitucional un recurso de amparo y dicho ente judicial frenó las obras en noviembre del año 2007, pero aún así las obras continuaron.
La obra proviene de un acuerdo entre la Municipalidad, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y el MOPT.
Esa última institución, según aduce, solamente presta la maquinaria, pero : ¿Por qué precisamente allí, en una región despoblada, teniendo tantas necesidades en otras partes?
Los funcionarios del Área de Conservación Cordillera Volcánica Central, administradora del parque, afirman que ellos nunca han pensado en abrir el lugar a una visitación mayor, pues el sistema no aguanta más de los 9.000 ó 10.000 turistas que reciben anualmente.
Más aún, ellos creen que una mayor afluencia obligará a cambios drásticos en las normas de admisión. Entonces, ¿Por qué se impulsan esas obras?
En un lugar del que antes nadie se acordaba, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), por ejemplo, está metiendo cableado telefónico; ¿Es que acaso están previendo el desarrollo turístico futuro?
Las consecuencias están a la vista: Contra todas las normas y sin permiso alguno ya empiezan a verse movimientos de tierra, destrozos enormes, montañas de arena y piedra.
Los vecinos temen que lo que se pretende es abrir ese paraíso natural al turismo, a la vivienda de lujo y repetir en Heredia lo que ya se vive en nuestras playas.
¿Estaremos convirtiendo a Barva en el nuevo Escazú, con su desarrollo millonario pero sin agua, sin naturaleza?
Líbano tiene en su bandera un árbol, era una nación netamente productora de madera de roble, Ahora es un desierto.
Dicen que los robles que crecen en las cercanías del volcán Barva tienen más de 200 años, ¿Están ellos condenados a desaparecer, como desaparecieron los del Líbano?
En la actualidad el mundo se desangra en guerras del petróleo, pero muchos temen que pronto las guerras serán por agua: ¿Será ese nuestro destino?
Los científicos buscan insistentemente un planeta en donde construir nuestro segundo hogar y por ello buscan agua.
Hasta donde sabemos, el agua, tal como la conocemos nosotros, solamente existe en cantidades aceptables en nuestro planeta.
No es un recurso inagotable y si no lo cuidamos es posible que muy pronto la Tierra sea una roca fría y muerta que viaje solitaria por el espacio.
Adaptación Teletica.com
17 de marzo del 2008
Un turista viene al país en un crucero, posiblemente él tomará de nuestra agua, disfrutará de nuestras zonas verdes, se bañará o se refrescará.
Lo que él no sabe es que esa agua viene de muy lejos, desde la fuente llamada Ojo de Agua de San Rafael de Alajuela, el cual ha sido por muchos años centro de recreo.
Pero también, son muy pocos los que saben que esta riqueza líquida que llega a manos llenas se infiltró en la tierra, en las altas montañas del Valle Central, hace 50 años.
Esas aguas se recogen en el norte de la provincia de Heredia, en las faldas del volcán Barva. Son las aguas que vienen del caribe, atraviesan por los pasos y se acumulan en esas montañas.
Algunas caen en ríos y depósitos, incluida la misma laguna del cráter de dicho volcán, pero mucha otra llega a la tierra a través de las vías más diversas: Los líquenes y las plantas recogen buena parte de ella y la hacen llegar al suelo.
Parte de ese manantial se evapora, especialmente cuando cae en zonas desprovistas de sombra, otra se introduce en la tierra y allí se acumula.
Durante 5.000.000 de años, el Barva trabaja en una obra maravillosa: Construir nada menos que montañas.
Obra de la naturaleza
Es ese material volcánico, acumulado por milenios, es el que tiene esa capacidad particular de acumular las aguas y convertir a Heredia en tierra de mantos acuíferos; algunos piensan que esos mantos son ríos subterráneos, pero no lo son.
Bajo esas montañas se esconden varios de esos depósitos de agua y muy al norte, de manera superficial, tenemos Los Bambinos; más al sur, el Barva, luego se siguen el Colima superior y el Colima Inferior.
No todos están a la misma profundidad, por ejemplo: Los Bambinos se halla hasta 30 metros bajo tierra, más abajo, entre 30 y 15 metros, se encuentra el Barva, y todavía más abajo, los otros 2.
El agua que esos depósitos reciben la absorben principalmente en los bosques situados en las alturas, pero no se equivoque, pues posiblemente usted viva encima de uno de ellos.
El acuífero de Barva, por ejemplo, ocupa los cantones de Alajuela, Santa Bárbara, Barva, San Rafael, San Isidro, Belén, Santo Domingo y otros más.
Esa extensa zona es una de las más pobladas del país y se ha ido llenando de urbanizaciones en los últimos 20 años. Dicha invasión humana está contaminando los depósitos de nuestro petróleo incoloro.
El problema es de todos
En 1888, hace 120 años, el gobierno de Bernardo Soto declaró a esas montañas zonas de protección absoluta.
Entre el Cerro Concordia y el Cerro Zurquí, pasando por las Tres Marías y a 2 kilómetros a cada lado de la fila o cresta, nadie tenía derecho de deforestar, ni comprar, ni vender
Soto, Benemérito de la Patria, creó en realidad el Primer Parque Nacional de Costa Rica y el segundo o tercero del mundo, aunque por supuesto no se llamaba así.
Pero la ley de Bernardo Soto se incumplió por décadas y aún hoy se sigue incumpliendo.
El norte de Heredia es una se las zonas de mayor presión habitacional y agrícola; los desechos de ambos se infiltran tierra abajo, poniendo en serio peligro el agua que todos consumimos. Un grupo de vecinos han interpuesto un recurso para que la ley vuelva a aplicarse.
La calle Las Chorreras, a un lado del Bosque de la Hoja, en las cercanías del Monte de la Cruz, hasta hace poco era un camino de tierra, pero ahora muy pocos heredianos pueden contar con una calle de tan alta calidad; con razón los vecinos la llaman “La calle de los ricos”.
Lo malo es que la construcción no tomó en cuenta las necesidades de preservar el ambiente y las aguas de la escorrentía son lanzadas a un predio municipal, donde se recogen las aguas para el consumo humano.
200 metros abajo están las fuentes más importantes del cantón y una de las más importantes de las importantes de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia.
Allí el efecto de la presencia humana incontrolada salta a la vista, pero la contaminación es, sin embargo, solamente una parte del problema.
Ocurre además que esos depósitos están siendo sobreexplotados: Ellos nos brindan 10 metros cúbicos de agua por segundo, la cual se extrae en más de 5.000 pozos, fuentes y tomas legales e ilegales.
Sin embargo, ahora mismo le extraemos 125 metros, es decir, 125 litros por segundo más de lo que ellos absorben. En otras palabras, nos estamos comiendo la gallina de los huevos de oro.
Una de las razones es que consumimos mucha agua, y sobre todo, desperdiciamos mucha agua.
El 40%, casi la mitad del agua que se capta en fuentes, se desperdicia por fugas en los acueductos viejos y descuidados.
Pero la segunda razón es que los acuíferos absorben cada vez menos líquido y eso no es culpa ni del agua de la tierra, sino del hombre.
Impacto humano en el ambiente
La deforestación y el mal uso del suelo es una de las causas, pero la principal es la impermeabilización del suelo: Ya no recibe agua porque está cubierto de asfalto, de cemento y de zinc.
En el mapa del manto acuífero se observa con claridad cómo en 20 años se ha ido cubriendo de casas y edificios.
La solución es clara: Hay que ganarle la tierra al ser humano y utilizarla en bosques; pero los gobiernos hacen exactamente lo contrario.
La calle que se dirige a Sacramento, en el norte de Heredia, os vecinos piden por años que se las reparen, pero nadie les hace caso.
En cambio, cuadrillas del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) reparan el camino que lleva hasta el parque, los lugareños se preguntan por qué.
Un grupo de vecinos presentó a la Sala Constitucional un recurso de amparo y dicho ente judicial frenó las obras en noviembre del año 2007, pero aún así las obras continuaron.
La obra proviene de un acuerdo entre la Municipalidad, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y el MOPT.
Esa última institución, según aduce, solamente presta la maquinaria, pero : ¿Por qué precisamente allí, en una región despoblada, teniendo tantas necesidades en otras partes?
Los funcionarios del Área de Conservación Cordillera Volcánica Central, administradora del parque, afirman que ellos nunca han pensado en abrir el lugar a una visitación mayor, pues el sistema no aguanta más de los 9.000 ó 10.000 turistas que reciben anualmente.
Más aún, ellos creen que una mayor afluencia obligará a cambios drásticos en las normas de admisión. Entonces, ¿Por qué se impulsan esas obras?
En un lugar del que antes nadie se acordaba, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), por ejemplo, está metiendo cableado telefónico; ¿Es que acaso están previendo el desarrollo turístico futuro?
Las consecuencias están a la vista: Contra todas las normas y sin permiso alguno ya empiezan a verse movimientos de tierra, destrozos enormes, montañas de arena y piedra.
Los vecinos temen que lo que se pretende es abrir ese paraíso natural al turismo, a la vivienda de lujo y repetir en Heredia lo que ya se vive en nuestras playas.
¿Estaremos convirtiendo a Barva en el nuevo Escazú, con su desarrollo millonario pero sin agua, sin naturaleza?
Líbano tiene en su bandera un árbol, era una nación netamente productora de madera de roble, Ahora es un desierto.
Dicen que los robles que crecen en las cercanías del volcán Barva tienen más de 200 años, ¿Están ellos condenados a desaparecer, como desaparecieron los del Líbano?
En la actualidad el mundo se desangra en guerras del petróleo, pero muchos temen que pronto las guerras serán por agua: ¿Será ese nuestro destino?
Los científicos buscan insistentemente un planeta en donde construir nuestro segundo hogar y por ello buscan agua.
Hasta donde sabemos, el agua, tal como la conocemos nosotros, solamente existe en cantidades aceptables en nuestro planeta.
No es un recurso inagotable y si no lo cuidamos es posible que muy pronto la Tierra sea una roca fría y muerta que viaje solitaria por el espacio.
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